LA VIE

sábado, 24 de diciembre de 2011

Dulces sueños


No hay estrellas en aquí,
pero tengo una lámpara y una bombilla de bajo consumo,
a veces enciendo una cerilla y la tiro al cielo de la habitación
(podría llamarlo techo, sí)
para que brille fugazmente y entonces
pido un deseo:
te pido a ti, soñando conmigo,
quiero decir: aquí
y a ser posible desnudos.

No se escuchan bien los susurros al otro lado del teléfono
así que he tenido que subir unos cuantos decibelios
los te quieros y otras frases más literales que literarias,
los únicos pájaros que hay
son palomas que en lugar de cantar cagan
y así, es muy difícil convencer a nadie o a ti
de que ojalá estuvieras aquí,
soñando conmigo,
a ser posible sin tanta ropa de por medio.

Y tú dices dulces sueños,
pero solo el humo de los cigarros baila
junto a mí, mientras voy dejando la noche
y las metáforas
en el cenicero, y crece una triste montaña de gris
en esta brutal distancia que es no tocarte
sueña conmigo, anda,
quiero decir: sueña aquí
para que la piel pueda hacer el resto.

Dulces sueños…voy a tener que confesarte
que me empalagan los dulces sueños.

Me refiero: a que todos los sueños que tengo
son picantes
y fuertes
y acaban en ti
como si se corrieran al verte.

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